Ana Cecilia Flores: la arquitectura debería ser una empática relación entorno-persona

En el mundo, en el país, en la ciudad que se prefiguran en la mente de Ana Cecilia Flores Ortiz, todas las personas tienen acceso a servicios y lugares sin barreras, en plena libertad. Su talento, su formación profesional y sus esfuerzos se orientan hacia la concreción de ese anhelo.

A Ana Cecilia la Comunicación Social se le hizo esquiva. Esa profesión por la que sentía especial atracción, afortunadamente fue quedando aparcada, quizá esperando su momento y, bajo la amorosa égida de su padre, Ana se adentró por los caminos de la arquitectura.

El venturoso empeño que puso su padre hizo que esta maturinesa llegara a convertirse en arquitecta egresada de la Universidad Central de Venezuela, especializada en Conservación del Patrimonio y en la primera venezolana titulada en el Postgrado de Accesibilidad y Diseño para Todos de la Universidad Internacional de Cataluña.

Actualmente se desempeña como docente en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela donde imparte a las nuevas generaciones de arquitectos la materia Accesibilidad Universal.

Mujer de sonrisa pronta y franca, la arquitecta Ana Cecilia Flores habla con pasión y fervoroso convencimiento de la importancia cardinal de la accesibilidad universal en las edificaciones, un asunto que no sólo atañe a las personas con discapacidad o limitaciones sino que involucra el concepto de la libertad y el desarrollo de la sociedad en su conjunto.

“(…) La accesibilidad universal permite la materialización de forma física, digital y sensorial de la ‘empatía’ en entornos, productos y servicios diseñados por el ser humano, siempre comprendiendo nuestra diversidad. Es una cualidad que posibilita, incluye, dignifica, autonomiza, democratiza y ofrece opciones, y por lo tanto brinda libertad y desarrollo al individuo y a la sociedad”

Así enfatizaba en una reciente entrevista publicada en el blog de la Universidad Internacional de Cataluña.

Su apostolado por la accesibilidad es intensivo. Lo ejerce desde distintos flancos con entrega, pues colabora de manera estrecha con varias oenegés que trabajan en ese sentido. Para la Asociación Civil Discapacidad Cero, de la que es aliada, desempeña labores de asesoría del Programa de Accesibilidad Universal.

“(…) Son las barreras las que generan la discapacidad, no la condición, edad, idioma o características anatómicas de las personas”

Dentro de la sólida trayectoria profesional la arquitecta Ana Cecilia Flores también destaca su paso por la Asamblea Nacional de Venezuela donde llevó adelante el proceso restauración del Salón de Sesiones del Palacio Federal Legislativo, un trabajo que la llena de gran satisfacción.

Marketing en Arquitectura conversó con Ana Cecilia Flores para conocer la trayectoria vital y profesional  de esta mujer que solo sabe sentir pasión por la arquitectura, la accesibilidad universal como un derecho y la conservación y restauración del patrimonio. Dos facetas de la profesión de incuestionable valor, capaces de transformar vidas, entornos y culturas.

¿Considera que la profesión ha cambiado su forma de pensar o su forma de ser?

La forma de ser no. Sí la forma de mirar. De mirar y de analizar. Siempre les digo a otros profesionales con los que trabajo que en la Universidad Central de Venezuela nos enseñan a cuestionarnos, a ser críticos, a ver las cosas con otra mirada, a ser más creativos.

¿Cómo percibe la profesión de arquitecto en Venezuela?

La arquitectura en Venezuela ha pasado por varias etapas. Ahora vive una muy difícil, pero al mismo tiempo estamos en una posición desde la que podemos practicar la crítica. Ejercer como observadores muy agudos de lo que está pasando en Latinoamérica y en otros países. En Venezuela el 95% de la industria de la construcción está paralizada, pero no se ha detenido la creatividad, la investigación, trabajar de forma colaborativa, no solo por las particularidades venezolanas sino porque esa es la forma de trabajar en cualquier disciplina actualmente.

En el diagnóstico que ofrece la arquitecta Ana Cecilia sobre el panorama venezolano, siempre se percibe un tono alentador y esperanzado. Siempre hay en ella un elogio sincero al país y a sus profesionales.

¿Cuáles cree usted que son las fortalezas del arquitecto venezolano?

El venezolano en general, no solo el arquitecto, es capaz de levantarse ante la adversidad, de hacer cosas con los recursos que se tengan a mano. Por supuesto, estamos muy bien formados, digan lo que digan, a pesar de los embates que ha recibido la educación. El profesional venezolano no se detiene.

Si tuvieras que iniciar tu carrera de nuevo ¿qué harías diferente?

Hubiese aceptado lo que en su momento no acepté que fueron los intercambios internacionales.

De sus experiencias laborales ¿cuál ha sido la más importante?

Creo que uno de los trabajos más importantes que he hecho fue en el Palacio Federal Legislativo, sede primero del antiguo Congreso Nacional y luego de la Asamblea Nacional. Ahí trabajé durante once años. Ese ha sido uno de los trabajos al que le dediqué muchos años: tratar de rescatar nuestro patrimonio, más allá de las posturas políticas. Nosotros hicimos un trabajo gigantesco, titánico, para materializar un sueño que era rescatar el Palacio, evoca con orgullo.

¿Cree que en la carrera de arquitectura debería haber una materia que no vio y en la que le ha tocado ser autodidacta?

Justamente la especialidad que tengo ahora. Yo hice un postgrado en Accesibilidad y Diseño para Todos en la Universidad Internacional de Cataluña. Fui la primera venezolana egresada de este postgrado, es una especialidad en la que no hay muchos venezolanos. Cuando yo doy mi materia, cuando hablo con otros arquitectos, es recurrente escuchar: “qué lástima que esto no me lo hayan enseñado cuando estudiaba arquitectura”. Es una frase frecuente cuando comento sobre la especialidad.
Enrique Rovira-Beleta, una autoridad y referencia de talla mundial en materia de accesibilidad, es el creador y coordinador del postgrado del que la arquitecta Flores Ortiz egresó segunda con honores en su promoción.

¿A quién le tendría que agradecer su éxito profesional?

Primero a mi papá. Luego por mi éxito, agradezco el apoyo de mi esposo y ¡me agradezco a mí misma! (risas) porque he luchado muchísimo por tratar siempre de hacer lo mejor,  por intentar no solo impactar a mi ego sino que mi trabajo realmente impacte a las personas usuarias de las edificaciones.

En un frase corta ¿qué es para usted la arquitectura?

¡Guao, es una pregunta difícil! (risas). La arquitectura implica muchas cosas, no solamente hechos físicos. Para mí la arquitectura debería ser una empática relación entorno-persona.

Preguntas rápidas

Un estilo arquitectónico

Yo soy muy ordenada. El estilo moderno, definitivamente.

Un arquitecto o una arquitecta

Alvar Aalto y Jan Gehl.

Una obra arquitectónica

Para nombrar a otro maestro: La Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright.

Un color

El turquesa, porque no es ni azul ni verde.

Un libro

Conversaciones con Dios de Neale Donald Walsch

Una canción

Hay muchas. Depende del momento.

Un consejo que quiera ofrecer a los estudiantes de arquitectura

Varios consejos. Uno: que aprovechen las oportunidades. Por muy retadoras que parezcan, que las aprovechen. Dos: que nunca crean que una crítica es destructiva, siempre (las críticas) son constructivas. Solo así pueden aprender, no solo en la arquitectura sino en la vida. La crítica usualmente es al “producto”, no al Ser. Y por último que nunca dejen de ser unos constantes y activos curiosos y que quieran siempre, siempre, aprender. Nunca se sabe lo suficiente.

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