Algunas identidades de marca son solo conceptuales, mientras otras solo son gráficas. La de la firma Morari Arquitectura fue concebida con la idea de que sea integral.

Morari Arquitectura es una compañía de matriz mexicana y encargó del trabajo de marca a la también azteca Mingo Estudio (@mingo_estudio).

En el trabajo conjunto entre ambos surgió el logo, que tiene una extraña particularidad: las letras de la palabra Morari tienen una separación desigual, que va creciendo de izquierda a derecha. La palabra, además, concluye en un punto, algo también muy inusual en el mundo del naming.

En realidad, todo proviene del concepto de la empresa. El nombre Morari es la raíz latina de la palabra morar, que inicialmente significaba ir lento y detenerse, y que por ello mismo pasó a ser sinónimo de establecerse en un lugar, de vivir o residir en este.

“La arquitectura a la que aspiramos es la que permita al usuario morar, no solo habitar o transitar, sino estar en ella de una manera trascendente”, expresa el director general, arquitecto Roberto Ramírez, en la presentación del trabajo de identidad de marca, en Behance.

¿Y el punto? Pues también proviene de lo ontológico. Ese punto indica el silencio, que también es considerado como parte de la reflexión profunda que está envuelta en cada proyecto. “La arquitectura a la que aspiramos debe ser evocativa y defender el silencio y la lentitud de nuestro mundo experiencial”, vuelve a hablar Ramírez.

Un concepto tan trabajado tiene también que expresarse en las obras del despacho de arquitectura y una de las mejores muestras es su propia sede, un espacio que invita a permanecer y también a guardar silencio para contemplar mejor. Lo mismo puede decirse de las muestras que se presentan en el amplio portafolio de la empresa.

Mingo Estudio, por su parte, viene trabajando desde 2012 en proyectos de todas las dimensiones, y se define a sí misma de una manera muy coloquial: un proyecto que nació luego de una noche de copas entre varios diseñadores.