Javier Wainstein: "el render es como hacer fotografía de lo que aún no existe"

“Hacemos fotografía de lo que todavía no existe”, dice el argentino Javier Wainstein cuando se le pide definir su trabajo en el campo del render para arquitectura.
Wainstein tiene apenas 24 años, pero habla de su profesión como todo un experto. Y es que desde que salió de la secundaria se ha sumergido de manera autodidacta en la especialidad, formándose a base de lecturas, tutoriales y, sobre todo, de la observación del trabajo de los grandes de este campo todavía novedoso.

“Estudié en una secundaria técnica especializada en Construcción. Allí tuve mis primeros acercamientos a las representaciones en 3D. Al terminar realicé mis primeros trabajos, muy elementales, para arquitectos. Diría que  90%  de mi formación ha sido por mi cuenta”, afirma. “Está mal visto ser autodidacta porque hay muchas escuelas, pero es un camino que está bueno recorrer. Vale la pena, puede llevar un poco más de tiempo pero se aprende de fondo los errores y lo bueno”.

Hoy dirige su propio estudio de visualización en 3D, modelling y styling, denominado JW Renders, con el que pisa firme entre las firmas dedicadas a estas actividades.

El hogar influyó también en su inclinación hacia este oficio. Su padre es arquitecto y su madre pertenece a otra rama profesional, pero siempre ha tenido un gran interés por el diseño de interiores, de manera que en casa siempre había muchas revistas que fueron abonando la mente del joven Javier. Ambos lo han apoyado en su esfuerzo por abrirse paso como emprendedor.

“Me cuesta halagarme porque me considero humilde. Diría que tengo buen ojo, un ojo no tan típico, para elección del estilismo, para el modelaje y  el mobiliario. Creo que ofrezco un sello personal en este campo. He tenido clientes que yo mismo me pregunto por qué me han contratado a mí y no a otros más calificados. Ellos mismos me han dicho que es ese ojo especial, que no lo encontraban en otro lado. Es una marca personal, quizá”, responde cuando se le solicita que hable de aquello que lo distingue en un oficio en el que la competencia es global.

Mostrar un concepto
Y, a fin de cuentas, ¿de qué hablamos cuando hablamos de renderizar o de representar, modelar o visualizar? Wainstein reconoce, de antemano, que no es fácil explicarlo, al menos no de una manera que lo entiendan hasta las abuelas. “Es fotografía de lo que no existe, de lo que se piensa, en algunos casos. Es mostrar un concepto que todavía no está desarrollado”, resume.
Para desarrollarse en un quehacer tan particular es clave ver y rever lo que hacen otros. “Tengo un montón de artistas, estudios, diseñadores y arquitectos que me fascinan. Está MIR, que es un estudio noruego; Peter Guthrie, un especialista británico; y está D-Box, que es una empresa grande de Estados Unidos, pero basta con entrar en Behance o en Instagram para encontrar gente que hace renders en Vietnam o en diversos lugares del mundo con  un altísimo nivel aunque no sean tan conocidos”, puntualiza.
Aparte de los otros especialistas, la inspiración le viene de mirar muchos libros de arquitectura y de fotografía. “Me gusta ver ese tipo de materiales para tomar ideas que luego pueda plasmar en imágenes”, explica.
En lo que respecta al desarrollo de estas actividades en su natal Argentina, Wainstein  considera que está en una fase de crecimiento. “Hay bastantes estudios e individualidades que hacen buenas cosas, que elevan el nivel de la competencia. Pero lamentablemente también está la presencia de las imágenes baratas y de mala calidad que arruinan o al menos hacen difícil el negocio. La imagen barata de poca calidad, luego la ves en un cartel de diez metros por diez metros y es una lástima”, dice.


Modelar y modelarse
Seis años no parecen mucho tiempo, pero en la vida de alguien que tiene 24 es una cuarta parte y, en rigor, toda su etapa adulta. Para Wainstein, la experiencia ha sido la de ir construyéndose a sí mismo a la vez que construye su marca, da a conocer su obra y establece alianzas.

“Cuando tenía 18 no tenía la cabeza que tengo ahora. El trabajo te va moldeando. He trabajado en varios proyectos muy interesantes, entre ellos uno con el diseñador de muebles Cristián Mohaded, muy conocido en Argentina.  Me encanta lo que hace, nos llevamos bien y hacemos buenos trabajos”, comenta.
“A medida que vas progresando van cambiando los retos. Lo primero es alcanzar un nivel de calidad aceptable. Luego se trata de conseguir clientes. Después, mantenerlos y conquistar nuevos clientes”, agrega.


La parte técnica de esta labor le ha enseñado a administrar su tiempo. “La máquina siempre va a tardar más de lo que uno espera. Se aprende a ser paciente. Al momento de hacer el render, la computadora casi no se puede usar en otra cosa. Se debe emplear ese tiempo en otras tareas. Nunca conviene forzar tanto la máquina porque se apaga y es peor”, aconseja.
Señala que el trabajo de JW Render le ha dado la posibilidad de desarrollarse no solo económicamente, sino también como persona y como trabajador.

“Me pone contento hacer estos proyectos que a la gente le gustan. De alguna manera uno es un artista”.
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Si quieres conocer su trabajo puedes ver su portafolio en
Web: jwrenders.com
Behance: jwrenders
Instagram: jwrendersstudio
Facebook: JavierWRenders

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