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Fernando Higueras: homenaje a un niño terrible de la arquitectura

Decir que era un excéntrico o un niño terrible es quedarse sumamente corto. El arquitecto español Fernando Higuera fue un personaje que bien podría haber escapado de una película de Luis Buñuel o tal vez de un cuadro de Salvador Dalí.

Irreverente, desafiante, loco, Higuera corrió con la suerte de los individuos de esas características: fue un genio relegado, aunque en verdad, a él no le importaba demasiado. Ahora, cuando ha transcurrido poco más de una década de su muerte, Madrid se ha dispuesto a rendirle un homenaje con una muestra de su obra (que también incluye pintura) en el Museo de la Fundación ICO.

Los trabajos más conocidos de Higueras muestran su talante controversial. El Centro de Restauraciones  Artísticas, bautizado por los madrileños como “la Corona de Espinas”, es una de las obras arquitectónicas españolas más populares en la red social Instagram.

Mientras tanto, su propia casa y estudio recibió el significativo nombre de Rascainfiernos porque en lugar de buscar las alturas, como lo hacen los rascacielos, escarbó en la tierra hasta desarrollar tres sótanos.

Alimentando el mito de su personalidad, los biógrafos de Higueras dicen que decidió hacer la casa de esa manera, a principios de la década de los 70, para escabullírsele a la muerte, pues la carta de la fatalidad le salía recurrentemente en las lecturas del Tarot. La verdad es que las viviendas subterráneas fueron una de sus marcas personales. Trabajó en varios proyectos de casas excavadas y luego decidió construir así la suya.

Deslenguado por naturalezano dudó en fustigar a grandes íconos de la arquitectura como Le Corbusier, Frank Gehry y Mies van der Rohe, como tampoco temió hablar de drogas ni declarar que había intervenido en el rodaje de infinidad de películas pornográficas.

Fotos:  www.metalocus.es fernandohigueras.org/ https://www.archdaily.com http://www.arquitecturaviva.com