Edna Ramírez: ser docente te mantiene más actualizado, más creativo
La idea de ser arquitecta se anidó en la mente de Edna Ramírez siendo una niña. Poseedora de un espíritu soñador, en sus juegos infantiles se imaginaba diseñando una gran ciudad.
“Hacía maquetas para jugar con mis muñecos de plastilina, ellos tenían que tener
un hogar, donde comprar y donde trabajar”, evoca con nostalgia.
Con el transcurrir de los años, la pequeña que se maravillaba del oficio creativo de construir ciudades, no hizo sino reafirmarse en su temprana vocación, siempre junto a su madre como amorosa cómplice de juegos y sueños junto a sus hermanos.
La arquitecta Edna Ramírez es una profesional asentada en la ciudad de Mérida, en los andes venezolanos, y desde allí ejerce una intensa actividad. Elabora proyectos de arquitectura, paisajismo y diseño interior y también está activa en las labores en el campo de la docencia y la academia.
Es una mujer con una profunda conciencia y lucidez sobre lo que significa ser arquitecto. El papel que deben desempeñar los profesionales de la arquitectura, no solo en un contexto globalizado, sino también en un país que ofrece incontables retos y desafíos como Venezuela.
Asegura que “ahora que vemos un mundo más impactado por nuestra profesión, ha llegado la hora apremiante de cuidar los recursos y de dar novedosas alternativas que promuevan de manera madura el desarrollo de los proyectos”.
No desequilibrar el medio ambiente, respetar la evolución de las culturas y sus contextos, promover la creatividad, velar por el bienestar de los seres vivos, no sólo el ser humano, son, según la personal visión de Edna Ramírez, los más acuciantes compromisos que deben asumir los que se dedican al oficio de mejorar los espacios y la forma en que influyen en la gente.
Hablar de Venezuela, de la arquitectura en Venezuela, su contexto, sus particularidades, su devenir, es un punto que Marketing en Arquitectura quiso pulsar, seguros de que la arquitecta Ramírez nos podría ofrecer un interesante diagnóstico.
-¿Cómo percibe la profesión del arquitecto en la Venezuela actual?
-El arquitecto venezolano desde hace más o menos 40 años, no recibe importantes apoyos, ni de los inversores privados ni de los gobiernos de turno. Las universidades, el Colegio de Arquitectos, no están muy involucrados en el quehacer arquitectónico.
Los inversionistas, en su mayoría, han convertido la arquitectura más en un negocio que en una visión del futuro, mientras que los entes gubernamentales sólo se preocupan por satisfacer necesidades básicas que les puedan beneficiar electoralmente.
La academia y muchos profesionales, con trabajo y mucha dedicación, lo logran, pero en la mayoría de los casos se engavetan proyectos maravillosos que producen las casas de estudio y sus egresados.
Con un tono que percibimos con cierto pesar, la arquitecta Edna Ramírez afirma que poner a funcionar un proyecto es muy difícil por la variable económica que ofrece Venezuela en la actualidad.
“Desafortunadamente en nuestro país la arquitectura es una profesión en estado de sobrevivencia, ya que requiere de grandes inversiones financieras. Se encuentra casi delimitada solo a solventar el mínimo de necesidades básicas. Muchos proyectos están sólo en el papel”, sentencia.
Frente a ese panorama poco halagüeño que bien describe la arquitecta, se hace entonces pertinente preguntarle por el devenir de la profesión.
-¿Cuál considera usted que debe ser la función de la arquitectura en la Venezuela de hoy?
-En primer lugar, restaurar, rehabilitar y renovar espacios y edificaciones, para promover la imagen de nuestro país, para crecer con el turismo y la cultura, para valorar lo nuestro y preservar, en la medida de lo posible, nuestros recursos naturales.
Enfatiza en la necesidad de estar más en contacto con lo que de verdad se va a hacer fuera de la academia. “No es limitar los sueños. Es entender que ante esta crisis social y económica hay que adaptarse a nuevos desafíos. Esto se logra adquiriendo los conocimientos necesarios para empezar a cambiar las cosas y aplicándolos en nuestro trabajo diario”.
La arquitecta Ramírez también es partidaria de tomar las experiencias propias y desarrollar técnicas para compartirlas con los demás, educando con el ejemplo a los inversores, clientes, socios, colegas, usuarios y estudiantes.
Es una convencida de la pasión, entrega y compromiso del profesional de la arquitectura en Venezuela. Defiende con vehemencia la capacidad de adaptabilidad que tienen los arquitectos venezolanos para trabajar y resolver por encima de grandes dificultades a las que deben enfrentarse.
Su fe y su apuesta por el futuro son inquebrantables. Tiene entre sus proyectos crear un grupo de docencia independiente que lleve publicaciones de experiencias laborales e invitar a docentes y arquitectos de diversas áreas de trabajo, en el país y en Latinoamérica.
-¿Cuál de sus experiencias laborales ha sido la más importante?
-El trabajo docente aplicado en los talleres de Hospitales que llevé en el Politécnico Santiago Mariño de la ciudad de Mérida, específicamente la renovación del Instituto Autónomo Hospital Universitario durante 4 semestres. El intercambio entre la Institución, su personal, los alumnos del taller y los pasantes bajo mi tutoría, me dieron un gran aprendizaje.
El hecho de haber sido paciente de la institución sanitaria merideña, sembró en la arquitecta Ramírez la necesidad de agradecer desde sus conocimientos la labor y la mística del personal que labora allí para atender a los pacientes.
-¿Cree que la carrera en la universidad debería tener alguna materia que no vio, de la cual le ha tocado ser autodidacta?
-Por supuesto, una materia humanista. Solemos dejar de lado lo más esencial que es el sujeto para quien se diseña, llevados sólo por la estética, la resolución formal y técnica constructiva.
-¿En qué se inspira?
-Como dirían los maestros Foster y Libeskind: la arquitectura se ha inspirado del optimismo y de maravillarse. Hay una serie de hechos que surgieron de sueños, de esperanzas y de un gran trabajo, inclusive en los peores momentos de crisis, como es el caso del edificio Empire State de Nueva York o de momentos de gran fervor como fueron las catedrales góticas. La arquitectura es transformadora, por medio de iconos, de los lugares en los que deja su huella.
Ante nuestra inquietud por conocer a quiénes agradecía su éxito como profesional, en las palabras de Edna Ramírez se percibe un profundo agradecimiento. Honra muy dadivosamente a las personas que contribuyeron a forjar su personalidad y profesionalismo.
Sus padres, su familia, ese sustrato de donde se beben los valores humanos más importantes, se encuentran en un sitial privilegiado en los afectos de la arquitecta.
Los referentes académicos están también muy presentes y son de capital importancia para esta profesional. Sus palabras son sólo de elogios para su Alma Mater, la Universidad de los Andes (ULA), y para los docentes que la inspiraron y guiaron en sus años universitarios.
“A mi gran amigo y mentor, el Dr. Arq. Msc. Ramiro Prato Vicuña con quien trabajé durante muchos años. A los colegas y compañeros profesores del Politécnico Santiago Mariño, y a los alumnos que de ellos también se aprende y sirven de inspiración”, afirma con profundo aprecio.
-¿Qué ha significado para usted el ejercicio de la docencia?
–Ser docente, te mantiene más actualizado, más creativo. Haces un gran intercambio de ideas frente a los nuevos tiempos, las nuevas formas de pensar de la juventud, los otros colegas. La responsabilidad de llevar tus ideales, tu espíritu soñador, de inspirar y formar a otras generaciones, es muy enriquecedora.
-En una frase corta ¿qué es la Arquitectura?
-Es el arte de planificar, proyectar y organizar el espacio para ser utilizado por el usuario que lo requiera, y los elementos proyectados son objetos, monumentos, edificios, construcciones, espacios públicos o ciudades.
PREGUNTAS RÁPIDAS
Un estilo arquitectónico
Arquitectura orgánica por la adaptación al contexto en armonía y equilibrio.
Un arquitecto o arquitecta
Frank Lloyd Wright, su gran enseñanza de ciudad y Arquitectura Orgánica que, aún para su tiempo, fue muy adelantada y compaginada con lo que ahora es la arquitectura sustentable.
Una obra arquitectónica
Imposible nombrar una sola.
“La casa de la cascada”. Frank Lloyd Wright
“La catedral de Brasilia”. Oscar Niemeyer
“Heydar Aliyev Center”. Zaha Hadid
“Iglesia del agua”. Tadao Ando
“8 House” B.I.G (Bjarke Ingels Group)
“Domo del parlamento Alemán”. Norman Foster
“Estación TGV de Lyon Francia” Santiago Calatrava
“Catedral de Florencia” Filippo Brunelleschi
“Asamblea Nacional de Dhaka” Luis Khan
“Museo Judío de Berlín” Daniel Libeskind
Un color
Blanco, por la pureza, por lo sagrado, la imponencia y elegancia en las obras arquitectónicas. Como la arquitectura de Santiago Calatrava, en sus puentes, como hitos de las ciudades en donde se implementaron.
Una película inspiradora
Good Will Hunting de 1997.
Un libro inspirador
Inquietud teórica y estrategia proyectual en la obra de ocho arquitectos contemporáneos de Rafael Moneo.
Una canción
We are the Champions de Queen